En el décimo capítulo, Acción y compromiso, doy a conocer partes intimas de mi personalidad con las que no estaba a gusto y empecé a señalar y trabajar una serie de creencias erróneas que tenía sobre mí misma probablemente adquiridas en mi infancia y adolescencia y luego alimentadas por mí al no saberlo hacer de otra manera hasta ahora, las cuales me llevaron a actuar o dejar de hacerlo. Dichas creencias ejercían en mi actuar un condicionamiento, pues aquellas no correspondían con la realidad de lo que yo verdaderamente soy, me chirriaban en muchas ocasiones y no me gustaba nada que fuese así. Tal como yo he realizado un proceso de autoanálisis y cuestionarme a mí misma, invito al lector a hacerlo si así lo desea. Por otra parte, relato la influencia de los hábitos que había instalado de manera inconsciente que, con el paso del tiempo, me fueron incidiendo cada vez más en mi autopercepción. Finalmente, induzco al lector a cuestionarse por los hábitos establecidos en la propia vida, y por los rasgos de carácter que se tengan más marcados.