En el decimonoveno capítulo, Objetivo: no tener objetivo, se recalca la importancia de valorar la propia vida, debido a que ella por sí misma es valiosa y completa; tener un objetivo es importante, pero el valor de la vida no puede depender de aquello. Para alcanzar un objetivo es necesario reconocer las capacidades que hay que desarrollar, pero antes se debe comprender que estas ya se poseen de manera potencial.